Agosto no ha sido un mes diferente, aunque sí ha valido para la desconexión total. Concluye, pues, una etapa, la de Jabugo-Aracena. Comienza ahora la de Estepa. Tengo muchas incertidumbres, muchos temores, pero no queda otra: hay que estar preparado para los nuevos acontecimientos. Mi corazón está presto.
La sal en la herida