
La democracia no es tal como queda definida en los diccionarios. Es una especie de dictablanda con ropajes democráticos. Quienes hicieron la ley hicieron la trampa, y aquellos que controlan el poder legislaron para poder repartir las riquezas de forma jerarquizada y no equitativa. Me temo que dentro de otros cuatro años, los pueblos pequeños seguirán siendo más pequeños y más deshabitados, y los pueblos grandes y ciudades serán cada vez mayores. Desde el actual sistema democrático se fomenta un nuevo éxodo rural. ¿Cuál es el porcentaje de jóvenes que quedan en pueblos como El Cerro, Calañas, Alosno o Puebla de Guzmán? Las tasas de natalidad son cada vez más bajas, todo lo contrario que las de mortalidad. La población envejece y no hay manera de frenar este decrecimiento demográfico.
Los pueblos quedan ya sólo para las fiestas y romerías. El resto del año las calles están desiertas. Mientras las empresas sigan asentándose sólo en las capitales o en torno a las capitales, la bella, saludable y romántica vida de los pueblos rurales irá pereciendo hasta quedar en estado de sitio. La democracia, sin duda, descansa sobre un eje podrido. Y parece que nadie pone o quiera poner remedio para solucionarlo.
ola
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