A veces me pregunto cómo ha de romperse el círculo vicioso que supone sufrir por acumulación de factores no dependientes de la voluntad o acción del que sufre.
Muy cerca de Santiago han fallecido 79 personas y 129 han resultado heridas al descarrilar un tren Alvia. Ésta es la única realidad inviolable, la noticia en sí. Todo lo demás son ganas de lanzar carnaza, de moldear el termómetro de la opinión pública, de captar audiencias para ganar dinero, de influir en los estados de sentimiento de los mortales, y de jactarse de papismo papal. El accidente de tren en Santiago permite de nuevo a los medios y a los partidos políticos construir la realidad, encauzarla según sus intereses y activar un bucle con eterno retorno: los medios influyendo en los sentimientos de las masas, y éstas, que interpretan la realidad como la verdad total y absoluta, influyendo, a su vez, en los medios para continuar soltando el mismo lastre de siempre porque saben que sus gestos van a ser recogidos por las cámaras. En medio de la tragedia, los medios y las masas tienen que buscar un culpable. Porque sin culpable no hay ira, y sin ira no hay se...
Los factores externos del ser, no pueden ser obviados en vida. Por lo que el círculo vicioso sólo acaba cuando carecemos de la misma.
ResponderEliminarAunque para mi gusto haya quedado muy categórico con la sentencia anterior, me posicionaré a favor de encontrar una solución sin tener que recurrir al suicidio o la consecución final de nuestra existencia.
Si bien el ser humano es voluntad de ser más allá de su propia convicción, los factores siendo productos meramente humanos son dificilmente controlables.
¿Podríamos incidir en ellos? Lo intentamos cada día. Pero cualquier cambio afecta a otros. Es por llamarlo de alguna manera "el círculo vicioso original" por lo que las ondas que nosotros percibimos sólo son descendientes de la primigenia.
Habría que hablar además de la perversión de esos factores. ¿Nacieron buenos? ¿Por ser nosotros humanos, deben ser intrínsecos a nuestra especie? ¿Existieron en otras, en otros tiempos...?
La complejidad de la sociedad es lo que hace que los factores comunes sean notorios, que nos influyan de un modo cotidiano, insoportable para unos y desapercibidos para otros.
Por ende, las sociedades menos desarrolladas tienen una complejidad menor en su círculo vicioso y su sufrimiento por lo básico, por la subsistencia, aunque real, si se pudiera cuantificar no pasa del que nosotros pudimos sentir hace cientos o miles de años.
Mi hipotética solución por ahora, para ese sufrimiento, que no siempre tiene que ser tal -algunos ven un desarrollo necesario en la sociabilidad- es en tanto la imposibilidad de cambiar los factores que nos rodean, centrarnos en reducir estos mediante el decrecimiento cuantitativo de las necesidades del ser, a las méramente básicas, casi al estado primigenio (comer, beber, reproducirnos,..)
¿Es voluntad, es propicio para ser menos infeliz ser menos humano, menos sociable? Depende de la libérrima decisión de cada uno y al grado de cesión de sus condiciones actuales que generan esos factores, a los cuales estarían dispuestos a renunciar.
Sin duda defender, esta posibilidad me llena de angustia por lo que pienso que el ser humano en si, su pensamiento tendente a la complejidad, a la inquietud intelectual en sus distintos grados, a la curiosidad, es inherente al propio factor externo, fruto del devenir de la consciencia o inconsciencia.
En la libertad de sacrificio se encuentra una de las tijeras más poderosas contra cualquiera de los círculos viciosos.
Saludos, Fran.