Según los textos de que disponemos, hace 2011 años la Navidad no tuvo más festejo que un pesebre, un buey, una mula y una luz tenue transida de los clamores de una mujer a punto de dar a luz. El resto son invenciones para moldear el mito. Se trata del parto más trascendental que los libros de Historia hayan podido custodiar habida cuenta de que hoy medimos el tiempo contando los días a partir de aquella inspirada noche divina.
Los discípulos de aquel niño inmaculado, traído al mundo entre pajas y sin más paños de pureza que el aliento del buey y la mula hoy invierten en bolsa (y recientemente en publicidad ante la degradación de su prestigio a lo largo del último siglo). Son dueños de alguna emisora nacional de radio y propietarios de cierta entidad bancaria. Pese a todo, el gobierno español les ha reducido la minuta que emplean para desarrollar sus actividades empresariales. “Id y predicad por todo el mundo, curad a los enfermos, resucitad a los muertos… gratis lo habéis recibido, dadlo gratis”. Pero 2.000 años más tarde, lo que se recibe gratis se da con el dieciséis por ciento de iva.
En pleno siglo XXI el sistema capitalista se ha adueñado hasta de las prédicas de Jesús de Nazaret. Difundir su mensaje, algo que comenzó siendo una vocación, ha acabado convirtiéndose en una profesión. La Iglesia ha capitalizado el mensaje, el kerigma de aquel que murió con los
brazos abiertos; se ha hecho acreedora oficial de las interpretaciones que el nazareno nos dejó como legado histórico (recuerden el "sin la iglesia no hay salvación").
Máximo, en una de sus viñetas publicadas en El País, apuntaba: “Con un evangelio de izquierdas, nos ha salido una Iglesia de derechas” (no olviden al caudillo bajo palio, al mismo nivel de importancia que el Santísimo).
Jesús vino a desmitificar los abusos de una iglesia (la que capitalizaba el decálogo de Moisés) y, sin quererlo, se convirtió en piedra angular de otra aún más feroz (cítense los crímenes de la denominada Santa Inquisición).
En realidad, la buena nueva que el Galileo pronunció en la montaña debiera ser enseñada en los centros educativos no por títeres o lacayos de la institución católica, sino más bien por profesores laicos que, libres de prejuicios, supieran hacer llegar al alumno el hermoso, esperanzador y trascendental mensaje de Jesús en su más alta, pura y espiritual dimensión. Pero, del mismo modo, habría que hacerlo también con las enseñanzas de Buda o de Mahoma, o con los versos de la Bhagavad Gita. ‘Historia de las religiones’, una asignatura que situara al alumno en una perspectiva más integral del fenómeno religioso, alejándolo de cualquier dogmatismo tendente al integrismo.
Los discípulos de aquel niño inmaculado, traído al mundo entre pajas y sin más paños de pureza que el aliento del buey y la mula hoy invierten en bolsa (y recientemente en publicidad ante la degradación de su prestigio a lo largo del último siglo). Son dueños de alguna emisora nacional de radio y propietarios de cierta entidad bancaria. Pese a todo, el gobierno español les ha reducido la minuta que emplean para desarrollar sus actividades empresariales. “Id y predicad por todo el mundo, curad a los enfermos, resucitad a los muertos… gratis lo habéis recibido, dadlo gratis”. Pero 2.000 años más tarde, lo que se recibe gratis se da con el dieciséis por ciento de iva.
En pleno siglo XXI el sistema capitalista se ha adueñado hasta de las prédicas de Jesús de Nazaret. Difundir su mensaje, algo que comenzó siendo una vocación, ha acabado convirtiéndose en una profesión. La Iglesia ha capitalizado el mensaje, el kerigma de aquel que murió con los
brazos abiertos; se ha hecho acreedora oficial de las interpretaciones que el nazareno nos dejó como legado histórico (recuerden el "sin la iglesia no hay salvación").
Máximo, en una de sus viñetas publicadas en El País, apuntaba: “Con un evangelio de izquierdas, nos ha salido una Iglesia de derechas” (no olviden al caudillo bajo palio, al mismo nivel de importancia que el Santísimo).
Jesús vino a desmitificar los abusos de una iglesia (la que capitalizaba el decálogo de Moisés) y, sin quererlo, se convirtió en piedra angular de otra aún más feroz (cítense los crímenes de la denominada Santa Inquisición).
En realidad, la buena nueva que el Galileo pronunció en la montaña debiera ser enseñada en los centros educativos no por títeres o lacayos de la institución católica, sino más bien por profesores laicos que, libres de prejuicios, supieran hacer llegar al alumno el hermoso, esperanzador y trascendental mensaje de Jesús en su más alta, pura y espiritual dimensión. Pero, del mismo modo, habría que hacerlo también con las enseñanzas de Buda o de Mahoma, o con los versos de la Bhagavad Gita. ‘Historia de las religiones’, una asignatura que situara al alumno en una perspectiva más integral del fenómeno religioso, alejándolo de cualquier dogmatismo tendente al integrismo.
Me encanta el punto de vista que planteas.
ResponderEliminarLa Fe es tan necesaria en la vida como el dinero, es lo mas basico, plantearse una meta e intentar llegar a ella sin que en el proceso se llegue a palpar.Creer para ver y no ver para creer.
La iglesia es mas sucia que pura en todos los aspectos que desarrolla en esta vida, y se ha convertido en un negicio muy lucrativo a costa del miedo y la ignorancia ciudada.
A los amigos del misterio les recomendaria un reportaje de J.J.Benitez, donde partiendo de la base de que Jesucristo existio, nos muestra las supuestas apariciones y los documentos ocultos que la iglesia no ha mostrado nunca, documentos quele dan relevancia en la iglesia a la masa y a la mujer.
Pero bueno en la parte que no esta corrupta podemos encontrar al parroco de nuestro pueblo, o a los misioneros que ayudan de verdad en africa.
Hoy en dia, en la actualidad de la iglesia nos podemos encontrar los evangelios de Judas y del hermano de Maria Magdalena, donde lo que se cuenta nos suena mucho mas real que la demagogia recogida en la biblia o en otros evangelios, y donde Judas ademas de no ser un traidor es la mano derecha de Jesus, del mismo modo que Maria deja e ser la prostituta universal para convertirse en la mujer de Jesus, de la que tuvo supuestamente un hijo tal y como cuenta James Cameron en su reportaje "La tumba perdida de Jesus" emitido hace tiempo en antena 3.
ResponderEliminarAqui os dejo un link donde la noticia se extiende y puede resolver mas dudas.