No me basta con la bondad, me persigue el tormento de la beldad. Tormento y éxtasis. Explosión y desgarro. Es ella, la belleza, me supera, me esclaviza. Aún soy esclavo de mi estética, de mis cánones, de mis prototipos, de mis paradigmas... ¿Por qué no conformarse con la bondad y la verdad? ¿Es posible aunar las tres virtudes? ¿Un nuevo Ícaro? El alma, atormentada.
Muy cerca de Santiago han fallecido 79 personas y 129 han resultado heridas al descarrilar un tren Alvia. Ésta es la única realidad inviolable, la noticia en sí. Todo lo demás son ganas de lanzar carnaza, de moldear el termómetro de la opinión pública, de captar audiencias para ganar dinero, de influir en los estados de sentimiento de los mortales, y de jactarse de papismo papal. El accidente de tren en Santiago permite de nuevo a los medios y a los partidos políticos construir la realidad, encauzarla según sus intereses y activar un bucle con eterno retorno: los medios influyendo en los sentimientos de las masas, y éstas, que interpretan la realidad como la verdad total y absoluta, influyendo, a su vez, en los medios para continuar soltando el mismo lastre de siempre porque saben que sus gestos van a ser recogidos por las cámaras. En medio de la tragedia, los medios y las masas tienen que buscar un culpable. Porque sin culpable no hay ira, y sin ira no hay se...
Todos tenemos virtudes y defectos. Sé tu mismo, lo cual no significa tener defectos y no querer mejorarlos. Significa aceptarse como uno es y trabajar para ser un mejor ser humano, reconociendo humildemente que uno tiene cosas por cambiar.
ResponderEliminarUn saludo profesor.
No me refiero a mí, Jesús, sino lo que busco fuera de mí. Estoy contento con mis defectos y virtudes. Soy yo mismo.
ResponderEliminarUn saludo, genio.
Platón planteaba que el ser humano dispone de tres poderosas herramientas: el intelecto, la voluntad y la emoción. Para cada una de estas existe una virtud: la sabiduría, el valor y el autocontrol. Compañero, tu reunes en tu persona esas tres. Cuídate.
ResponderEliminareeee maestro soy raul el de 1ª a donde andas k estas mas perdio....
ResponderEliminarQuizás amigo mortal atormentado, no conviene que seas Ícaro y expongas tus alas al calor de un sol cuya belleza se impone por sí misma, sin ambajes, sin mediaciones. No se puede ser esclavo de aquello que nunca nos arrebató nada. No se puede ser esclavo de aquello que derrota a la razón cuando ésta no puede dar razones de por qué algo es bello
ResponderEliminarAmigo mío no elijas ser esclavo, elige ser actor, a ser posible secundario. Deja que esa belleza fluya, deja que te conquiste sin ofrecer resistencia. Sólo así podrás desplegar las alas sin miedo a quemarte o a que se mojen impregnándose de la sal marina. Es pronto para aspirar a nuevas Icarias. Vuela y deja volar, porque como tú, muchos Ícaros sueñan con no caer. Quizá el error de Ícaro fue tener un Dédalo que le diseñase a su antojo la forma de sus alas. Desgárrale las entrañas a Dédalo, olvídate de constructores y diseñadores de vidas y conviértete en nómada de sentimientos y perroflauta de la belleza. Si cae una limosna al entonar tus melodías, dáte por satisfecho.
Si no es así sigue cantando a la vida porque todavía podemos emocionarnos ante un atardecer de violáceas pinceladas que te muestra cómo la belleza no entiende de cánones ni estereotipos, simplemente inunda tu ser hasta ahogar las gargantas profundas de los prejuicios, los estandares, la hipocresía y las rutinas estéticas de manos ponzoñosas. Y si la beldad te habla, dialoga, a qué negar lo evidente. Si lo haces así serás justo y si practicas la justicia, practicas, por ende, la bondad. Si les das alas a ambas, la verdad llegará aunque sea con alas de cera, aunque sea tarde, llegará.
Un abrazo amigo.