Resulta
curioso cómo los diferentes actores sociales manipulan cifras a su antojo.
Según el Ministerio, la huelga de alumnos y padres fue secundada por un 20 por
ciento, mientras que los sindicatos la ascienden a nada menos que el 80 (la
diferencia es colosal). Ya saben que trabajo como profesor en un instituto de enseñanza
secundaria de la provincia de Sevilla (Estepa) y puedo asegurarles que con una
llamada al Centro se podría facilitar la cifra exacta de ausencias durante la
Huelga, pero tanto el Ministerio como los sindicatos prefieren no utilizar los
datos objetivos puesto que la guerra de cifras es un arma política e ideológica
muy interesante al uso de cada uno. No es que puedan cambiar las cosas, es que
no quieren. Y lo hacen con alevosía.
Muy cerca de Santiago han fallecido 79 personas y 129 han resultado heridas al descarrilar un tren Alvia. Ésta es la única realidad inviolable, la noticia en sí. Todo lo demás son ganas de lanzar carnaza, de moldear el termómetro de la opinión pública, de captar audiencias para ganar dinero, de influir en los estados de sentimiento de los mortales, y de jactarse de papismo papal. El accidente de tren en Santiago permite de nuevo a los medios y a los partidos políticos construir la realidad, encauzarla según sus intereses y activar un bucle con eterno retorno: los medios influyendo en los sentimientos de las masas, y éstas, que interpretan la realidad como la verdad total y absoluta, influyendo, a su vez, en los medios para continuar soltando el mismo lastre de siempre porque saben que sus gestos van a ser recogidos por las cámaras. En medio de la tragedia, los medios y las masas tienen que buscar un culpable. Porque sin culpable no hay ira, y sin ira no hay se...
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