Desaparecieron a las cuatro semanas esas sensaciones de desubicación y desadaptación. Pero fue a base de permanencia en el puesto. De lejanía respecto a mi tierra. Y llegaron los encuentros felices, nuevas reediciones de éxitos en las aulas y la vuelta al equilibrio. Termina el primer capítulo y las vibraciones son prometedoras. Ahora bien, todo castillo de naipes es susceptible de ser desmoronado. Ya lo veremos al término del segundo episodio.
La sal en la herida