Encontrar no es fácil: quien busca no encuentra y quien espera suele aburrirse. Alguna vez, en una encrucijada de caminos se encontraron dos hombres. Uno de ellos, el que se dirigía hacia el Sur, dijo: "Busco la piedra filosofal". El otro, el que caminaba hacia el Norte, en cambio, buscaba el amor. Diez años más tarde ambos volvieron a coincidir en la misma encrucijada. El primero de ellos, al reconocerlo, no pudo ocultar su sorpresa: "¡He encontrado el amor!". Aún más perplejo, el segundo respondió: "¡Y yo la piedra filosofal!". Luego partieron e intercambiaron los caminos, pero desde entonces no han vuelto a verse las caras.
La sal en la herida