Decía Silvio Rodríguez: Si me dijeran pide un deseo, preferiría un rabo de nube, un torbellino en el suelo y una gran ira que sube. Un barredor de tristezas, un aguacero en venganza que cuando escampe parezca nuestra esperanza. Si me dijeran pide un deseo, preferiría un rabo de nube, que se llevara lo feo y nos dejara el querube. Un barredor de tristezas, un aguacero en venganza que cuando escampe parezca nuestra esperanza. El rabo de nube es el fin de la tormenta, que irrumpe y destroza todo lo que encuentra a su paso, limpiando, también, las impurezas de todo aquello que sabía a odres viejos. Ese rabo de nube es, efectivamente, un torbellino en el suelo, una gran ira que sube, un aguacero en venganza que barre tristezas. Luego, tras la tempestad llega la calma, escampa y vuelven las esperanzas de comenzar a vivir. En definitiva, es un rabo de nube que se lleva lo feo y nos deja el querube, es decir, lo puro y lo virginal. 2008, ya a punto de concluir, ha significado lo mismo para m...
La sal en la herida